Escritos y Posdata


Creo que sin querer aquel dia fue el mas triste de mi vida y a la vez el más feliz, nunca pensé que nuestra despedida  seria de esta manera tan solo una llamada para que fuera contigo  a celebrar nuestra graduación estaba feliz, había tantos planes que juntas queríamos lograr pero mírate ahora, te fuiste para siempre sin avisar, solo dejando en el aire tu sonrisa.


Recuerdo nuestro primer encuentro en el parque a la edad de 7 años cuando tu corrías por ese eterno laberinto y yo tratando de atraparte también; ahí supe que seriamos cómplices para toda la vida, las locuras de la escuela en tercer grado encima de las mesas  al salir nuestra profesora del salón y aun mas la mirada picara  y de ojos azules al caminar hacia rectoria, mi única firma en el cuaderno de anotaciones por ayudarte a cubrir tus maldades a las compañeras y, el primer chico guapo y de rizos como tú que te gustaba en la Universidad.


Vaya que casualidad hoy me lo encontré de camino a tu sepelio y mientras sus ojos negros  me observaban y lentamente se acercaba a mi en ese instante comenzó a latir mas fuerte mi corazón, cuando llego me pregunto por ti no supe que decir creo que mi mirada fue mas clara que las propias palabras y no pude esconder mi dolor,mis lagrimas corrieron por mi mejilla como la lluvia cuando cae por vez primera.


Y es que la muerte llega sin aviso es como un huracán que pasa y al finalizar deja lagrimas de dolor, tanto así que recordé tus dos consejos  cuando paradas en la ventana de mi habitación me dijiste: "cuanto mas vacía esta la carreta mayor es el ruido que hace" entendí por primera vez que la humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas, pero aún mas el segundo donde dijiste recuerda siempre amiga "existe gente tan pobre que lo único que tiene es dinero" por eso cuando veo una persona hablando demasiado, interrumpiendo o siendo inoportuna y menospreciando a la gente me parece escuchar tu voz fuerte y decidida.


Te extraño como a Alex Noreña mi amigo, aquel que Guatape se lo llevo aquel 12 de enero del año 2009 alto, mono, simpático y de ojos azules como tu, su sueño de ser modelo profesional para la marca pompilio y Silvia Cherazi termino aquel día.


Ahora, después de un tiempo he roto reglas pero jamas perdido mis valores, me convertí en amante de la lectura y apasionada de las letras, soñadora como ambos querían cuando hecho a volar mi imaginación, una persona realista que sabe hacia donde se dirige y avanza a paso firme no retrocedo aunque las dudas vengan, aunque el miedo se haga presente porque prefiero lanzarme al ruedo y no ser una espectadora de la vida sino protagonista en mi propia historia.

AQUELLOS DÍAS QUE NO PODEMOS OLVIDAR

Hay días en que quisiera cerrar los ojos a la realidad  y no despertar pero que importante se convierte tener tan firmes los pies en la tierra  y diariamente preguntarnos si ha sido fácil para nuestro estado mental convivir con esta situación, sin abrazos, sin besos sin caricias y es que me pregunto quien nos preparo para vivir este momento.


Hoy el mundo entero llora a sus seres queridos por un virus despiadado que no se sabe cuando tendrá fecha de caducidad, que nos ha arrebatado nuestra vida cotidiana llevándonos a posponer momentos que para muchos son importantes. 


Cuando habíamos extrañado tanto a las personas a nuestros seres más amados, sino ahora en el presente, acaso que lección nos enseñara esta situación y es que llevo la cuenta regresiva para poder volver a compartir con mis personas mas cercanas, para abrazarlos y besar a mi ser amado.


Nunca me hubiera imaginado pasar por esta situación pero ahí vamos mas firmes que nunca porque cuando deseas algo con todo el corazón lo atraes por una razón. 


Sin embargo lo más bonito de esta cuarentena es que aprendí a dedicarme tiempo, a disfrutar de un café en la soledad de mi hogar a leer mas libros completos, a reducir mi círculo social, a ver buenas películas, ha estar mas cerca de los seres que quiero y sobre todo;  apasionarme por aquello que realmente quiero lograr. ser  una excelente escritora. 

UN TOUR POR LA COMUNA 13


Tratando de entender un poco mejor la historia emprendí un recorrido por la comuna 13 a la que no había regresado, pero ahora es un lugar seguro y lleno de turistas de todas partes. Tuve curiosidad de conocer su verdadera historia más precisa y tener contacto con la gente de ahí, entonces tomé un tour con un guía local, para tener una idea más global. 


En este recorrido por la comuna 13, me cuenta el guía local que el 16 de octubre del 2002, a horas de la madrugada entraron a la comuna por tierra y aire, más de 6000 hombres armados, entre ellos; la policía, el ejército nacional, el CTI, el DAS y la fuerza área; acompañados por las AUC del bloque cacique Nutibara y de ex guerrilleros que trabajaban para las autodefensas quienes facilitaron el acceso a los barrios señalando a los guerrilleros y guiando a los militares a través de los barrios.   


El guía afirma, que en medio del fuego cruzado de la operación Orión murieron muchos inocentes, jóvenes, adultos y niños, porque la población civil fue atacada indiscriminadamente con ametralladoras, fusiles y helicópteros de guerra causando destrucción de viviendas, creando pánico en los habitantes quienes por temor a ser asesinados se escondían hasta debajo de las camas para protegerse. El guía aclara, que se prohibió el acceso a los medios de comunicación y a los organismos humanitarios por parte del gobierno y que también se prohibió la salida de ciudadanos del barrio; lo que causó la pérdida del empleo para algunos por ausencia laboral o por la mala fama del sector. 


Es por esto que muchos años después de hacer  un largo duelo, la comunidad, mi familia y yo  emprendimos  un camino de transformación, de imagen y fue quizá con la ayuda de proyectos de movilidad de la alcaldía y con la creación de espacios públicos que se ha logrado un reconocimiento positivo del barrio. Entre estos proyectos está la inauguración del metro cable en San Javier en el 2008 y la inauguración de unas escaleras eléctricas al aire libre en el 2011, (un proyecto que buscaba mejorar el acceso a los barrios generando inclusión y sentido de pertenencia). 


El recorrido es mínimo de 4 horas, pero les aconsejo, tómense su tiempo, disfruten de la vista, el paisaje, conversen con la gente del lugar, tómense fotos y vivan la experiencia pues vale mucho la pena. 

LA PRISA O EL TIEMPO VAYA DILEMA EN ESTÁ PANDEMIA 

Quien iba a pensar que parar se convertiría en algo tan necesario para el ser humano, que a causa de esta pandemia las personas del mundo entero iban a valorar más su propia libertad su gente, que solo entendimos la magnitud de la situación cuando nos toco a nosotros aprenderla a vivir. 


Y si, para nadie es un secreto que para algunas personas, el aislamiento por meses o quizás años en su propio hogar se convierta en sinónimo de maltrato físico y psicológico, que el extrañar ver a nuestros seres queridos o tomar una taza de café con nuestros amigos o pareja en cualquier parte nos lleva a situaciones realmente traumáticas, que las fiestas en sociedad por muchos años tendrán que posponerse, que los ricos ya no podrán ir por el mundo mostrando sus últimas adquisiciones y que volvimos por fin  a hacer humanos consientes. 


Pero aun así sigo confundida, el año comenzó y todo parecía ir de maravilla y de repente un suceso como estos paralizó nuestras vidas y lo que creíamos vivir tan perfectamente se ha convertido para la sociedad en el presente en el peor o mejor aliado, todo depende desde el punto que se mire.


Que va, esta situación solo nos condujo forzosamente a vivir de una manera diferente, porque lo digo pues presten atención: En el mundo que vivimos cada año mueren 5.6 millones de niños y todo esto por carencia de alimentos el 20% de la población rica consume el 80% de los recursos mundiales llevando a miles de personas a la pobreza extrema.


De repente un sonido estruendoso irrumpe mi escrito, la taza de café de mi abuela se cae por culpa de un temblor en sus manos y pienso en los 146 millones de niños que sufren de desnutrición o las personas carentes de libertad que solo ruegan por un momento morir en paz.


Sin embargo, continuo y ayudo a mi tío limpiar la suciedad  y mientras realizo esto  recuerdo a los 1300 millones de pobres que buscan como otros en medio de basureros un pedazo de pan con un gobierno carente de tener humanidad. 


Y fue allí donde abrazarnos y besarnos se convirtió en un adiós y hubo un momento donde todo cambio y solo el temor inundo nuestros corazones, pero el tiempo sigue rodando y  tienes dos opciones que se agote el tiempo o que cambien los tiempos pues mañana puede ser el final y no podrás decirle a las personas cuanto realmente la pudiste valorar. 


Por eso hoy a muerto la prisa, para acostarnos o levantarnos, para bañarse o vestirse no hay prisa para una taza de café  o llevar a los niños a las escuelas, para cocinar o comer hoy lo que ha pasado definitivamente es que ha muerto por fin la prisa y ha renacido por fin lo que llamamos tiempo y vida pues hoy mueren miles de personas a causa de una pandemia y ahí si sentimos la destrucción que tenía esta sociedad. 


por eso lee mas, vive mas y deja que la vida te vaya poniendo en su lugar.

RELATO DE UNA CUARENTENA


Que importante es entender que estamos en esta vida solo como aves de paso, que el mundo ya no será el mismo como hace 5 meses atrás, que los abrazos que no dimosa nuestros seres amados tendrán que esperar y se quedarán guardados hasta nuevo aviso en el baúl de los recuerdos que  estaba construyendo con mi amor.


Y que tan necesario es comprender que sin Dios de la mano no tendríamos la fortaleza necesaria y sin embargo ahora que todo el mundo quiere vivir como antes, el mundo nos ha dicho  por un momento: "detente necesito respirar, me agotaste tanto que me obligaste a parar".


Y si ha muchos no les ha enseñado esta experiencia a centrarse, a mi si, y es que entender lo que estamos viviendo se vuelve tan valioso que lo únicamente esencial y verdadero es aquello que vale la pena vivir en este preciso momento. 


Sí, no les miento hay  momentos que me ha sacado de mis casillas hasta el punto de convertirlo en algo más complejos y caótico, me ha llevado a descubrir quienes son mis amigos, a realizarme constantemente preguntas que ni en ocasiones ni tienen respuestas o simplemente es el silencio el que me las contesta y es ahí en ese punto exacto donde te das cuenta de que material está hecho tu alma, tu vida, y tu corazón.


Pero aunque entendí hace mucho que pasar por esto quizás nos haría mejores personas, para nada es un secreto que extrañar es el precio que tienen las cosas importantes en nuestra vida, así que solo por este momento les diré que yo me quedo con él, en el silencio de mi habitación, porque es allí en medio de la noche donde específicamente han nacido mis mejores escritos realizados con el corazón.

MIENTRAS ESTAMOS CONFINADOS QUE HARÉ CON MI AMOR

Ya perdí la cuenta de cuántos días llevamos encerrados, creo que pronto cumpliremos seis meses, sin embargo, el significado en semanas o días a perdido un poco el sentido por este tiempo y, no les niego durante estos días muchas cosas pasan a la vez en mí.


He sido productiva, he recibido las mejores noticias de mi vida, he perfeccionado mi manera de escribir, he sentido como el miedo, el pánico las inseguridades y las preguntas a como surgirá el amor después de todo esto se pueden apoderar de ti, de tu cuerpo, tu mente he conocido como es llegar al límite con todo lo que pienso, siento, pero no digo y me he vuelto a reencontrar. 


Aun así, me he mantenido en relativa calma, he establecido una nueva rutina tanto en el ejercicio como en la escritura, donde mi tapete de yoga, las lecturas diarias con mis escritores y mi computadora se han vuelto mi salvación hasta el punto de aprender a vivir un día a la vez y preguntarme qué aprenderé de todo esto cuando por fin termine. 


Y fue así, como comencé a pensar en cómo hacia las cosas diarias con mi amor en tiempos de pandemia, en mi forma tan apresurada de vivir siempre al límite llenarme de tareas y proyectos para caer rendida cada noche en mi cama, hasta el punto de salir de mi zona de confort, no detenerme, no rendirme, siempre dando lo mejor de mí. Entendí que esta era la forma en que sabía vivir, otra cosa se me haría impensable y aquí estaba en medio de una pandemia, empujando al límite, en un momento donde todo se estaba deteniendo, pero yo, no daba mi brazo a torcer. 


Tal vez en un momento de iluminación o en una pausa para hacer mis ejercicios, me di cuenta que necesitaba parar, que, aunque pudiera seguir, necesitaba mirar a mi alrededor y hacer un diagnóstico para salir de esto con alguna lección de vida.


Mirar hacia adentro no es fácil, quedarse en silencio por momentos tampoco extrañar a tu pareja aún menos pero todo esto se ha convertido en una opción, tomarse el tiempo de no hacer nada, de solo existir es totalmente extraño para mí. Sin embargo, cuando lo hice empecé a sentirme muy triste, me vi pequeña, y vi también que la realidad estaba a mis pies y tenía que ser la profesional y persona que me reinventara, aunque no era probable que sobreviviera a una crisis de este tipo, quién va a pagar por escritos cuando hay despidos masivos.


Dejé esa idea en el aire y decidí hacer eso que me prometí, seguir mis instintos, y  vaya esa voz interior me había estado hablando sobre porque no comenzar a contar historias de confinamiento y lo que empezó como una exploración de las vidas de otros en representación creativa empezó a tomar una forma, y aunque quise dejarlo a un lado, porque mi cabeza me decía que estaba delirando, mi voz interior me dijo que siguiera, y así lo hice, poco yo sabía que entrados en esta cuarentena que ya ni parece tanto lo que yo consideraba delirar se ha convertido en mi única actividad, la que me mantiene cuerda, pero también en lo que podría ser una nueva forma de vida para mí.


Nunca quise tomar las redes como algo serio pues allí todos declaran su amor sin importar su verdadero significado, finalmente yo soy una persona que estudio para ser periodismo y escritos que llegue al corazón de las personas, y esa plataforma mal utilizada solo se presta para generar todo tipo de mensajes a veces mal intencionados o graciosos sin poca educación. Sin embargo, comencé a compartir en mi página mis escritos hechos con tanto amor y escribiendo una idea loca me despertó, parte de la razón por la que me sentía tan perdida como profesional, es a que no tenía a quien recurrir, y si tal vez, solo tal vez, pudiera ayudar con mi forma de escribir a otras personas, eso valía la pena.


En esta cuarentena que ya paso de serlo he considerado mudarme de nuevo (a Marte o Venus probablemente), he sido testigo de cómo mis pocos amigos se quejan de sus situaciones difíciles o terminan con relaciones poco estructuradas, o como sus trabajos o vida cotidiana desaparecen, he sentido la angustia de no saber cuándo va a terminar, he cuestionado TODO.


No quiero ni escribir sobre la situación de Colombia, pero en medio de estos cuestionamientos he aceptado que, si bien somos la generación que solo nos tocaron las malas noticias, también sé que somos los más resilientes, sé que tendré que repensar todo mi modelo de negocio, tendré que aceptar que tal vez, sí, las redes sociales serán mi forma de vida, tendré que aceptar que esta pandemia me ha hecho dar un paso tan loco porque el mundo jamás se verá igual.


No quiero ser pesimista y pensar que somos la generación perdida, que nos tocaron todas las cartas malas, que nacimos en el peor momento, que el amor en tiempos de pandemia cambio, quiero pensar que nos va a tocar reinventarnos una y otra vez, pero que somos capaces. No quiero ver cómo la gente de mi edad no está pensando en comprar una casa, sino en como pagar la renta del mes, no quiero pensar que una vez más somos los que nos veremos más afectados por esta crisis económica, la generación endeudada, con salarios bajos o sin trabajo. Quiero pensar que sí, tal vez he tenido que forjar mi propio camino a punta de caminarlo y equivocarme eso hará que pueda ver el mundo de una forma muy diferente. Tal vez somos la generación que romperá todo tipo de estereotipos, seremos los que cambien la forma de vivir, la forma de relacionarnos, tal vez seamos los que decidamos que el planeta nos necesita, que un abrazo importa y un beso se necesitan que es más importante tomarte un café con tu amor, que estar en el tráfico.


No sé exactamente qué nos espera del otro lado de esta pandemia, sé que no seré la misma persona, tal vez acepte que no tengo patria más que mi tribu digital, tal vez logre encontrar una forma de ser una nómada feliz, tal vez finalmente diga con orgullo soy una escritora, cosas más locas han sucedido. PD: Quise quitar todos los tal vez de este escrito, pero me di cuenta que lo único cierto es que tenemos muchas dudas, muchos tal vez, y tal vez por esta vez está bien.

CAMINARÁS ANTE NOSOTROS


¡¿Dónde estoy?! ¿Qué está pasando? ¿Qué hago en la sala? Claramente me había levantado, aún dormido, caminé sin notarlo. Reaccioné con una extraña sensación de estar hablando con alguien. Me preguntaba que sucedía, no lo comprendía. Volví a mi cuarto, miré el reloj… son las 3am. Me acuesto en mi cama. Hubo un silencio misterioso, el ambiente traía consigo un estado oscuro. Mi hermano grita desde su cuarto, es desgarrador, como si su alma fuera arrancada. Grita inconsolable, pienso en ir y mirarlo. Me arrepiento. Los gritos paran después de un rato. Miro el reloj… son las 4 am. Vuelvo a dormir, un despertar tétrico me recibió.


Es domingo, la noche pasada no fue un viaje acogedor. Algo pasaría, lo podía sentir en el aire. El día es pesado y abrumador. El cielo se postra negro. No lo había hecho desde hace varias semanas. Llega la noche, y un intento más de dormir en paz.


Abro mis ojos… la sala. Había vuelto a este lugar sin notarlo. Alguien se encontraba conmigo, había hablado con este ser. Podía olerlo, pero mis ojos me engañaban. ¡¿Qué está sucediendo?! – pensaba mientras volvía en mí. Caminé a mi cuarto, miré el reloj… las 3am. Me acosté intentando conciliarme en mi miedo. El silencio se apoderó del lugar…


¡AHHHHHHHHHH! Los gritos de mi hermano. Intenté ignorarlos. El tiempo se encargó de silenciar el lugar. Mire el reloj… las 4 am. Cerré mis ojos, dormí.

La luz del día penetrando la ventana incomodó mis ojos… sonó el teléfono. Una voz temblorosa y llorona se escuchó…


– Hija mía.

– Madre, ¿Qué sucede?

La voz temblorosa y llorona de mi madre se apodero de ella en un inconsolable anunciamiento.


– Es tu abuela. Ha muerto.

Colgué el teléfono.


Viniste por nosotros abuela?… Acaso te quedaras con nosotros.

A ELLA 

Estamos allí sentadas, después de tanto tiempo. Ella me mira fijamente en silencio y no recuerdo cuándo fue la última vez que la tuve tan cerca. Es la primera vez que siento su presencia, tan fuerte, tan audaz, tan segura de sí misma. Tan ella. “Siempre he estado aquí” —me dice. “Pero hace mucho no me ves. No realmente”. Entiendo que hay cosas que rara vez dejan de ser ciertas. Que para ser ciego solo basta con desearlo.


Trato de recordar cuándo fue la última vez que, a conciencia, la invité a pasar un rato juntas, solas las dos. Solía disfrutar mucho de su compañía, así no nos dijéramos nada. Éramos ella y yo, en nuestro mundo, siendo cómplices de una realidad compartida. Pero, así como ignoraba el tiempo que pasaba y, junto a ella un sinfín de oportunidades, a ella la fui dejando a un lado. Me mantenía ocupada, mientras nos llenábamos de posesiones y nos rodeábamos de tantas personas como fuera posible. Las mismas personas que me convencieron de que no era conveniente verla tanto. A ella, la fiel compañera que nunca me pedía nada, solo me enseñaba mientras pacientemente me esperaba. Me decía que su compañía solo me causaría angustia y una gran depresión. Y yo los escuché. Poco a poco y, buenamente, me fui cubriendo con una gruesa venda para no verla más.


Inesperadamente llegó ese día en que no tuve otra opción. Los encuentros cotidianos con otras personas quedaron suspendidos, sin poder siquiera salir a trabajar, las responsabilidades fueron resueltas frente a una pantalla mientras la cercanía física fue prohibida. Empiezo a olvidar lo que es un abrazo. Y, sin embargo, ahí está ella. Siempre en silencio. Siempre enviando un mensaje sin palabras.


Por fin me atrevo a hablarle. Primero con un poco de vacilación, como un niño en su primer día de escuela. Poco a poco la recuerdo. Recuerdo su complicidad y recuerdo que ella, más que nadie, conoce lo que hay en mi. Por fin recuerdo que fue en su compañía que descubrí quién era realmente yo. Descubrí lo que me gustaba, esas cosas que me hacían llorar de risa, lo que me llenaba de nostalgia y aquello que me indignaba y no podía tolerar. Fue ella mi consejera. La que, si se lo permitía, me haría entender que es en el fondo de mi alma y de mi corazón donde se encuentra la verdadera paz. Que para ser feliz no necesito de tanto, mucho menos de lo material.


Fue en su incomprendida presencia, en aquellos momentos más difíciles, cuando no quería saber de nadie, que pude descubrir el valor de los que siempre habían estado allí, respetando mis espacios de silencio e introspección. Allí, lejos del ruido incesante de quienes le temen a ella, fue que por fin redescubrí su valor y prometí nunca más alejarla de mi vida.


Porque así son las cosas y así es la vida. Todos necesitamos un poco de ella, de su compañía y de la sabiduría que emerge en su presencia. Todos necesitamos un poco de silencio y lejanía física para reconectarnos con lo esencial. Porque hasta la luna sabe que, cada cierto tiempo, necesitamos de su ausencia para poder ver todas las estrellas en el firmamento. Porque hasta la misma tormenta, sabiéndose necesaria, abandona el océano para mostrarnos el significado de la calma y de la quietud. ¿Cómo no querer su compañía? ¿Por qué negarme a la riqueza de su sabiduría cada vez que decido por fin mirarla de frente? ¿En qué momento comencé a creerla la villana de mi historia, cuando realmente era mi guía?


 Enhorabuena y bienvenidas sean las circunstancias que me quitaron la venda, me sentaron frente a ella y me obligaron a volverle a hablar. Desde ese día le prometí que no volvería a evitarla, que la buscaría con frecuencia y siempre la recibiría cálidamente en mi corazón. A ella, la incomprendida, la excomulgada, la despreciada. A ella, mi mejor maestra. A ella: mi soledad.

PARA CUANDO LLEGUES A MI VIDA.


Enamorate de mi lado oscuro, del que brilla se enamora cualquiera, de mis virtudes de lo que brilla , de lo que es obvio se enamora cualquiera , pero hasta ahora nadie ha tenido el valor de enamorarse de mis días nublados de mis pensamientos abstractos de los momentos de distancia y mal humor, de la tristeza que a veces me invade y de mi lado malvado a veces.


Enamorate de mi, de mis luces, pero sobretodo de mis sombras, si te enamoras de mi lado oscuro podrás ver quien realmente soy, que es lo que me da miedo, aquello que me inquieta y solo así, podrás abrazarme cuando tiemble y veras con el tiempo que soy eternamente contradictoria o incoherente.


Si te enamoras de todos esos fantasmas de mi lado oscuro realmente te habrás enamorado de mi, pero como descubrirás mi lado oscuro, descubrir mi lado oscuro es solo cuestión de tiempo. antes o después saldrá a relucir, veras lo peor de mi, pero no te asustes soy solo una niña que tiene miedo, en unos zapatos de adulto que le quedan demasiado grandes, mírame atentamente, observa lo que me molesta, lo que me enfada, lo que no puedo soportar, ese es el material del que esta hecho mi lado oscuro, el que no veras con una primera mirada.


Enamorate de mi locura, enamorate de todas las locuras que invada mi mente, de las locuras que hago a veces, sin pensar en los resultados o consecuencias, de todo lo irracional que puedo llegar a ser  y comparte conmigo esos momentos que no sabremos dónde está el suelo y donde está el cielo, pero donde veremos siempre las estrellas brillar.


Enamorate de mi inmadurez, de mi impaciencia, a veces seré como una niña pequeña, caprichosa y dulce pero con partes iguales y si aun así me quieres no dejaré de abrazarte y besarte hasta hacerte sonreír, si me enfado y no te hablo es solo porque mi miedo de infancia es mostrar quien soy y que todos lo vean, necesitarás paciencia para descubrirme, para levantar uno a uno todos los velos que se ocultan en mi interior.


Enamorate de mi lado salvaje e impredecible, porque así, no podrás predecir lo que se me ocurra, lo próximo que haga o que escriba, simplemente observa hasta que un día me descubras mirándome a los ojos y veas lo mas profundo y oscuro de mi ser y si te enamoras de ese lado oscuro impredecible y salvaje, compartiré contigo mi mundo y mis locuras salpicadas en letras.


Enamorate de mis miedos y cuando sienta miedo escúchame y mírame, porque es precisamente ahí donde sabrás lo que me aterra, lo que más miedo me da de la vida. Y cuando te des cuenta guardaras mi secreto y sabrás protegerlo, si te enamoras de mi cuando tenga miedo, podre mirarte y saber que me protegerás, me mostraras tus temores y los afrontaremos juntos, con coraje.


No te enamores de lo que brilla, de lo que es bello en mi interior y exterior, eso no importa, eso lo puede ver cualquiera, de eso se enamora cualquiera, pero si logras ver todo lo que hay en mi y no huyes entonces sabre que me quieres y te habrás enamorado completamente de mi.


Lo que brilla en mi, es un espejismo  para que no veas lo malo lo que nadie se para a observar, mira lo que hay debajo de la piel de mi alma, busca debajo de lo que es simple apariencia, no te pares, no ceses de buscar, de tener curiosidad por saber quien soy y que soy, día a día comprenderás

el magnífico sentimiento que es el amor y podras entender mi existencia en tu vida.


Para descifrar ese lado oscuro que es mi tormenta y pasión cada día habrá una lágrima menos en mi rostro , porque mis labios se curvaran para mostrar mi alegría de haberte encontrado. Y de corazón enamorate de mi lado oscuro, porque de lo que brilla se enamora cualquiera. 


Para cuando el destino nos permita conocernos, descubre con una simple mirada lo que tanto deseas para tu vida y no tengas miedo a ser completamente real a mi lado.

CONTADORA DE BUENAS HISTORIAS

Hay gente que dice que es posible morir muchas veces en vida, yo lo hice hace un tiempo atrás y, durante tres años y medio  no me daba cuenta, pero un día morí del todo y al mismo tiempo me encontré nuevamente conmigo misma y en ese preciso instante  entendí que es posible renacer desde el dolor y fue ese dolor lo que me llevo  a ser en mi presente contadora de buenas historias.


Pero que pasa después de que uno cae desde muy alto? Pues siente el golpe, llora, llora más fuerte y se agita, se mira las heridas, acepta, recuerda, cae una vez más, suelta y  se da cuenta que sigue vivo y vuelve a empezar y claro que unos pasos son más fáciles que otros, pero todos llevan a renacer. Cosa que me llevo a decidir seguir escribiendo con el alma,  porque sin duda me ayudaron a entender mi pasado, a crear mi presente y a tener certeza completamente de mi futuro. 


Por  eso una de las cosas que me hicieron profesional en periodismo, fue las historias de cada una de las personas que suelo encontrarme cuando voy caminando, aquella de mis amigos y familiares una que me lleva a ver la belleza del mundo, que me llena el alma y me hace sentir la más profundas emociones.

 

Hoy después de casi 9 años, nuevamente  pueda sentir maravillas en mi cuerpo cuando escucho una canción, la voz de las personas que amo, la naturaleza o veo una pintura en cada uno de los museos que visito, porque siendo sincera dure mucho tiempo sin sentir nada. Si así como lo leen, nada. 


Sin embargo me encuentro aquí a solas, haciendo una de las cosas que más me apasiona, ¡escribir! cerrando ciclos, comenzando aventuras nuevas, con pequeños y grandes rasguños, con más años que daños, pero de pie, firme y decidida. Lo que soy ahora, es gracias a lo fuerte que he sido, quise tirar la toalla más de una vez, pero aun así nada me gano y si, no fue fácil, pero lo logre.


Nací un 15 de Junio de 1992 en la ciudad de la eterna primavera, desde muy niña siempre me apasione  por la lectura y  escritura, con el paso de los años y al finalizar mi bachillerato con media técnica en Programación de Sistemas, tome la decisión que para mí fue la más importante, que hoy me ha llevado a ser una periodista en constante crecimiento y con alma investigativa, teniendo claro que siempre entrego lo mejor de mí.


Empecé mis estudios en Comunicación Social hacia el año 2010 en la Universidad Católica Luis Amigó, con media beca por parte de la Cooperativa Confiar, durante mi crecimiento profesional en la carrera, pagaba mis horas sociales en la Facultad de Comunicación, Publicidad y Diseño, en este proceso y con la ayuda de mis profesores y compañeros fui fortaleciendo mi capacidad para escribir, indagar y amar tanto la comunicación social como el periodismo. 


Fui representante al Consejo de Facultad, donde me dieron la oportunidad de tener voz y voto en las decisiones tomadas para los estudiantes, durante este tiempo me destaque por mi buena labor como Redactora, Presentadora, Diseñadora Gráfica y el buen manejo en oficinas de comunicaciones  y Relaciones Públicas.

Llego al periodismo  por medio de un Diplomado en Movilidad Sostenible ofrecido por el Club de Prensa, realizado por la Universidad EIA en el año 2016, allí conocí al Periodista Julio Cesar Ruiz Díaz, que vio mis capacidades y entrega para seguir formándome como periodista. En el año 2017, me vincule al (CIPE) Círculo de Periodistas de Envigado y comencé a Ejercer mi profesión, realice un Diplomado en Ética Periodística y Reputación dictado por la Universidad EAFIT y para febrero de 2018 vuelvo hacer parte de un Diplomado en Ciencias Políticas para periodistas, nuevamente gracias al Club de la Prensa de Medellín y esta vez con la Universidad de Antioquia. 


Asimismo y luego de formar parte de la Agencia Latinoamericana de Prensa como corresponsal, el 25 de octubre de 2017 descubrí que cuando construyes algo con suma dedicación, sacrificios y amor, se hace realidad los sueños me convierto en Jefe de Redacción para ALP desde Colombia, pero luego de un tiempo me di cuenta que todo eso solo era una ilusión porque todo fue una farsa para robarme un poco de dinero.


Desde  ese momento, la confianza que tenia en ese proyecto volvió a llenar mi alma de desilusión tanto así que por un tiempo me aleje de las letras, pero en mi interior tuve mas voluntad que desilusión y el dia menos pensado entendí que el pasado solo formo en mí una mujer con carácter, para enfrentar todo aquello que soy en mi presente, y todo esto me llevo a que el 9 de febrero de 2018, día clásico del periodista en Colombia,  recibiera mi galardón como Periodista Revelación 2018, entregado por el Círculo de Periodistas de Envigado y no puedo mentirles el orgullo que siento es inmenso, porque poco a poco hacia realidad cada uno de mis sueños y comprendí aún más que cuando renací del dolor las cosas grandes y maravillosas que nos tiene la vida se convirtieron en realidad. 


Sin embargo, sé que sigo siendo la misma, una mujer integra, sencilla y simpática, aprendiendo a desaprender para poder aprender con más criterio y convicción, porque lo que vendrá sé que es más grande de lo que imaginó y fue entonces cuando por fin deje caer mi pasado por completo, en el abismo del olvido, colgué mis fracasos  como las más  hermosas medallas, utilice mis  cicatrices  como manual para hacerme  más fuerte, me desprendí de rencores y desilusiones me vestí de esperanza y tranquilidad y al fin pude  volver a sonreír.


Desde entonces cuando veo una persona hablando demasiado, interrumpiendo o siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y menospreciando a la gente, me parece oír la voz de mi padre  diciendo "cuanto más vacía esta la carreta, mayor es el ruido que hace". Es ahí donde entendí que la humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirles a los demás descubrirlas para que todas las metas que te propongas se hagan realidad. 

“CADA HISTORIA VA MARCANDO EL RUMBO DE LO QUE UNO ES.


El principio del viaje fue una explosión de sentimientos conocidos y desconocidos para mí por volver a mi tierra natal, Colombia, pero sin pensar en una de esas mágicas vueltas que tiene la vida con uno y en otra parte de la historia de mi libro, salí a vivir y experimentar lo que el mundo tenía para mí en cada momento. No quiero pensar el regreso a Alemania como la culminación de un lindo viaje, sino más bien como la continuación de sensaciones y experiencias nuevas que me han hecho iniciar a amar cada vez mi nueva vida  y elección.


Sin embargo voy caminando sin saber qué es lo que el futuro querrá para mí. Me es suficiente si se que cada cosa que hago lo realizó con determinación y amor por lo que he sido y soy. Sin olvidar aquellos hermosos recuerdos que llevo grabados en mi corazón”.


Apuntes de mi cuaderno de viajes. Parte del libro que estoy escribiendo.


Foto desde la ventana del avión.

LA OTRA CARA DE BOGOTA AQUELLA QUE NO TIENE INSEGURIDADES Y NO POSEE DISCORDIAS.


Voy a concentrarme en uno de los problemas básicos que desde mi punto de vista está afectando a la ciudad de Bogotá en la actualidad  y que por momentos deja en tela de juicio y en ocasiones desprestigio a la capital y más aun afectando la vida de los habitantes de este lugar de Colombia. 


Y es que para nadie es  un secreto que en Bogotá ha aumentado incansablemente  la cifra de homicidios y el hurto de los vehículos están a la baja y que aquellas denuncias por constantes delitos afecta la tranquilidad del ciudadano permitiendo que ahora sea común encontrar en las calles de Bogotá el atraco  y el hurto a  residencias a mano de delincuentes, donde su gobierno  por no querer ofrecer una situación estable en educación y trabajo tienen que lidiar con personas que su único recurso pareciera ser  recurrir a este tipo de escenarios.


Que decir de la justicia cuando son ellos mismos los encargados de dejar en libertad los delincuentes capturados y el porqué de la respuesta de algunos habitantes de la Capital Colombiana al sentirse inseguros cuando deberían estar en una situación completamente diferente. 


Por eso en ese ir y venir de las millones de situaciones que se presentan a diario en Bogotá, es que me he permitido observar las cosas que pasan allí desde otra perspectiva, lejos de  una buena parte de los habitantes de esta ciudad que están convencidos de que sus problemas son tan únicos y terribles que nunca pararan de mirarse su ombligo Bogotano y gritar a los cuatro vientos que su situación es diferente a las de otras capitales del mundo.


Pero bogotano no es solo el que nace allí, bogotano para mi incluye los hijos adoptivos  que por cosas del destino, tienen que ir diariamente  a ejercer su profesión ya que debido a la situación de empleo del país deben de emigrar a esta ciudad y cumplir con otro tipo de medio y espacio, donde viajan diariamente en busca de un contexto diferente, creyendo que por ser la capital de Colombia tendrá la solución a sus problemas. 


Una ciudad que  también tiene su  lado bueno a pesar de las múltiples discordias entre mandatarios o personas comunes que se enfrentan a diario para vivir allí, esa que un día visite en mi época universitaria y que me ha brindado la oportunidad de ser en cierta parte lo que hoy soy, periodista con corazón y honor, la de amigos, familiares, la  que une todo Colombia y aquella que tiene un aeropuerto llamado El Dorado que nos abre las puertas de inmediato a la cultura de los países extranjeros. 


Y es que para todo aquel que habite esta ciudad pareciere que no encontraran nada bueno, comenzando por sus múltiples trancones a diario para poder trasladarse de un lado a otro, pasando por su inseguridad, siguiendo  por sus huecos y terminando en el caótico frió que hace diariamente allí, pero lo que más me sorprende es que si preguntas por las cosas que puedes hacer en esta ciudad lo único  que encuentras es una respuesta  de un habitante que no pierde oportunidad desde el primer minuto de mostrar y resaltar todos aquellos problemáticas que esta posee la que a diario incluye un culpable de una lista de muchos casi siempre,  los demás o los otros o en su defecto el gobierno de turno,  y es ahí donde se encuentra la diferencia con otros Departamentos de Colombia.


Y aunque no nací allí  y vivo en otro lugar del país, Bogotá es aquella ciudad  que me hace acordar a diario donde empezó todo lo que hoy soy  y la encargada de traer consigo mi maestro en el periodismo  una  ciudad de la que he aprendido de su diversidad, de crecer con gente de muchas regiones y culturas. Un lugar increíblemente urbano, la de Rock al parque, del Festival de teatro, de la Feria del libro, de las bicicletas, de la “Luis Ángel”, de Montserrat, de las flores de la sabana, una ciudad para todos. 


Y aunque ahora posee problemas, por un sistema de transporte detestable y anárquico, unos gobernantes a los que muy seguido les queda grande la ciudad, yo realmente creo que se puede cambiar  y cuando tenga la oportunidad de regresar, sé que volveré a verla desde lo más hermoso que posee esta ciudad , algo que solo ella tiene, pasión, amor y ganas, una donde sus habitantes no se cansen de agradecer, y donde  algún día se monten en un avión que aterrice en El Dorado, para así poder ver lo bella que se nota cuando vas en el aire, a ver si con la distancia tus hijos propios y adoptivos aprenden a valorarte.

La ciudad de Duisburgo está situada donde confluyen los ríos Rin y Ruhr, en el estado de Renania del Norte-Westfalia. Con una población cercana al medio millón de habitantes, Duisburgo ha sido una de las ciudades más prósperas de Alemania a nivel industrial desde el siglo XIX.


No obstante, no podemos olvidar que Duisburgo posee el mayor puerto interior de Europa. La infraestructura de este puerto lo convierte en el mayor de Europa con sus 22 dársenas para acoger a casi 20.000 barcos al año y con cerca de 40 kilómetros de costa.

FRASE DEL DÍA


Adolfo Bioy Caseres (1914,1999) fue un escritor Argentino. Sus obras mostraban mundos imaginarios con acontecimientos inexplicables. Le gustaba observar lo irreal de una manera humorística (un historiador se refirió a sus narraciones como comedias fantásticas). Leí en el colegio una de sus obras más importantes “la invension de Morel" y todavía recuerdo el impacto que tuvo en mi.


Si tuvieran que elegir un libro que los marcó y que volverían a releer ¿cual sería ? Ya se es difícil pero hagan el intento.


Apagan su celular, se alejan de sus redes sociales, 10 o 15 minutos cronometrados y escriben todo lo que llegue o leen y me cuentan.


A veces lo más importante esta en las cosas simples de la vida.

No pienses en escribir, solo escribí.


No pienses en qué opinaran los demás solo disfruta el proceso.


Cuando te estén leyendo, tu trabajo ya habrá terminado, así que seguí escribiendo.


Como gacela en busca de pasto se veía la bella joven cruzar por las calles de Medellín, no era ella , su inocencia rota por el dolor de la traición oscurecía más sus negros ojos que se notaban resecos y con una profunda tristeza . Pero no se detenía, una fuerza extraña que brotaba de su interior la dirigía hacia aquellos lugares donde ejercía por horas, días , semanas su labor ; que no era su labor, porque su carrera era otra. pero el destino que en ese momento se mostraba cruel para con ella solo le ofrecía pequeñas migajas; pero aún así, no flaqueaba su espíritu se recargaba cada mañana, cada día de una sonrisa para llevar a cada una de aquellas personas con las que compartía día a día. Su corazón marchito , su presencia que se veía débil, pero con un interior fuerte  se cargaba de ese espíritu extraño que la llevaba hacia ese camino que la impulsaría a su futuro, a su verdad,  al verdadero amor…

La vida es un eterno caminar, y esta época es una excelente oportunidad para recordar el camino, lo lejos que hemos llegado y lo que nos falta por recorrer. Siempre recordando quienes nos han acompañado incondicionalmente, quienes nos han hecho crecer y a quienes queremos agradecer y amar. La Navidad no se trata solamente de tradiciones o de la cena perfecta y quien da el mejor regalo, el verdadero espíritu navideño esta en compartir con la gente.


La navidad es un tiempo de paz, y de esperanza. Una época que nos recuerda que todo es posible y que los sueños tal vez si están hechos para cumplirse. Que un pedacito de amor nace en nuestros corazones cada Noche Buena porque el amor siempre suma y nos hace crecer, nos hace renacer. Debemos entender la Navidad como una nueva oportunidad, un volver a empezar, un buen momento para decir perdón o te quiero.


Todas las risas, las historias que se convierten en anécdotas, los conciertos, las fiestas y los bailes; los besos, los abrazos, las personas que se fueron, pero sobre todo las que se quedaron y las que llegaron; todos los sueños que se cumplieron y los que se quedan por cumplir, las nuevas esperanzas, los nuevos anhelos y todos los logros conseguidos.


Esta Navidad, espero que encuentres toda la convicción para perseguir todos tus sueños, todos tus anhelos y todas tus metas. Que el cariño de tu alrededor te de la fortaleza y la inspiración para perseguir todo lo que te propongas.


“Escribir un libro” es una serie de posts que surge por necesidad personal. Al igual que cuando me fui de viaje por primera vez —sin tener ni idea de “cómo viajar”— hace unos años empecé a escribir un libro sin tener ni idea de cómo se escribe un libro (y mucho menos de cómo se autopublica). A medida que me fui metiendo más en este proyecto —tan lindo como solitario como agotador— empecé a escribir menos en esta pagina (no porque no viajara, sino porque al estar tan enfocada en un libro sentía que ya no me quedaban palabras disponibles para poner acá). Pero después pensé: si he escrito tantos viajes, ¿por qué no relatar uno por el mundo literario o por mi mundo interior?


No sé qué saldrá de esta serie, lo único que quiero es dejar por escrito el proceso por el que estoy pasando mientras escribo mi primer libro, cual diario íntimo de una chica que está practicando para ser escritora. Esto es algo que me servirá para ordenar sentimientos e ideas y que tal vez le servirá a otros en el futuro. O no. Nunca se sabe. Pero estoy tan metida en este proyecto que no puedo no contarlo acá. Quiero compartir textos que estoy leyendo, quiero hacer un poco de catarsis y sentirme menos sola, quiero pedirles ayuda y consejos y algo de compañía virtual. Será la parte más blogdevida de contadora de buenas historias.


A los interesados en viajes, no teman: la semana que viene me voy a lisboa (Portugal) y haré crónicas viajeras (de las de siempre) desde allá. Además, después de la publicación de este libro vendrá un nuevo viaje largo (y cuando digo largo quiero decir laaaargo) y habrán historias para rato. Y después, espero, vendrán nuevos libros. Y nuevos viajes. Y así sucesivamente.


Así que empecemos este viajecito por el mundo de papel y que sea lo que tenga que ser.


Por qué un libro?


Siento amor por los libros desde el día que aprendí a leer. Los colecciono en mi biblioteca, dejo que ellos me encuentren, los extraño cuando me voy de viaje y los vuelvo a disfrutar cada vez que me reencuentro con ellos. Para mí, los libros son más que un conjunto de hojas escritas: son mundos fabricados con palabras, son objetos que nos transportan a otras realidades, a otros tiempos, a otras reglas, a otras mentes. Creo que tengo más libros que ropa y me desespera saber que aún me quedan tantos por leer, que no me va a dar la vida para leerlos todos. Pero a la vez agradezco tenerlos en mi vida hace tanto tiempo, porque ser lectora me permitió empezar a viajar mucho antes de salir de mi casa por primera vez.


Cuando descubrí que lo que más me gustaba hacer en esta vida —además de viajar— era escribir, supe que quería ser escritora de libros. Nunca soñé con escribir blogs, ni revistas: siempre quise poner mis palabras en libros. La relación del lector con un libro es otra: es más íntima, más profunda, más dedicada. Leer un libro es un ritual, es algo que se hace despacio, que se disfruta, es hasta un acto físico. El libro, para mí, tiene una magia que otros soportes no tienen, es un objeto con el que podemos tener un vínculo emocional. Yo a mis libros los quiero.


El día que empecé a viajar supe que uno de mis grandes objetivos era escribir un libro con todo lo que fuese viviendo en el camino.


Sin embargo, nunca le puse una fecha. Sabía que iba a escribir un libro pero no sabía cuándo y tampoco lo quería forzar. Lo empecé a pensar y a escribir en mi cabeza y dejé que fuera tomando forma y creciendo solo. Y un día, tres años después de haber salido, sentí que el momento había llegado. No sentí ganas sino necesidad de escribirlo. Me di cuenta de que necesitaba poner muchas cosas por escrito, necesitaba convertir todas esas experiencias, vivencias y sensaciones en algo tangible, en un objeto que pudiese tocar y dar a otros, en un mundo contenido entre dos tapas y construido a través de cientos de páginas. Así que acepté el desafío —no me quedó otra— y empecé a escribir un libro. Pero, al igual que la primera vez que me fui de viaje sola, me metí de lleno en algo que no tenía ni idea cómo hacer. ¿Cómo se escribe un libro? ¿Cuántas horas lleva? ¿Cómo es el proceso? ¿Qué cuento y qué no? ¿Cuántas páginas tiene que tener? ¿Qué cantidad de capítulos? No sabía. Pero lo empecé igual.


Hoy mi libro está casi todo escrito. Faltan muchas relecturas, pero la esencia está ahí. Serán 350 páginas repletas de viajes y de sueños.

Este post pertenece a “Escribir un libro”, una serie que surgió por necesidad personal: así como alguna vez me fui de viaje por primera vez, sin tener idea de cómo hacerlo, una vez empecé a escribir mi primer libro sin tener mucha idea tampoco. Esta serie intenta mostrar los pasos que di para autopublicarme y los estados por los que pasé. Es un viaje literario por mis mundos de papel empecemos.


Debo ser una de las personas más miedosas que conozco, aunque no lo crean.


Unos días antes de salir de viaje por primera vez (allá por octubre de 2020) me tiré sobre la cama, me largué a llorar cual niña chiquita y pensaba ¿por qué quería irme? Dentro de mí tenía miedo. Estaba asustada: ¿y si todo lo que me habían  dicho mis papas era verdad? ¿Si me pasaban cosas horribles durante el viaje? ¿Si el mundo era malo como muchos me lo habían pintado? ¿Si me moría en algún país desconocido? De repente, la idea de irme sola por ahí me generaba horror. Y eso de tener que escribir mis experiencias en un blog de viajes (no este, el anterior) que iba a ser leído por cientos (tal vez miles) de extraños me generaba más temor aún. ¿Y si no estaba a la altura de mis propias expectativas? ¿Y si a nadie le gustaba lo que escribía? Unos días después, me enfrenté a ese miedo, me quedé estática por 20 minutos observando el cuadro de mi infancia en mi cuarto,con el corazón a mil por hora pero decidida, de la otra mano tomaba la maleta y en silencio hablaba con Dios y me fui. Por suerte.


Ahora estoy igual que aquella vez, pero con mi libro. Tengo miedo. Estoy aterrada. Me voy a dormir pensando en que voy a enterrar el borrador para que nunca salga a la luz, voy a cambiarme el nombre, voy a cambiar el nombre de mi página y volveré a empezar de cero en otro planeta. ¿Qué se yo acerca de escribir un libro? Nada. ¿Por qué se me ocurrió hacer algo así? No sé. ¿Todavía estoy a tiempo de cancelar todo? Sí.


Cumplir sueños puede dar (mucho) miedo. Siempre es más fácil quedarse donde uno está, con todas las certezas y la supuesta seguridad. Empezar algo nuevo implica ir por un camino no señalizado que puede llevarnos a cualquier lugar. Yo tuve miedo de empezar a viajar y ahora tengo miedo de publicar mi primer libro: es decir, sentí miedo de hacer las dos cosas que más soñé en mi vida. Por suerte me animé a viajar (y no se crean que porque soy valiente, porque no lo soy, sino porque había algo más fuerte que yo que me impulsaba a irme). Ahora estoy tan cerca de darle vida a algo que tanto esperé que no puedo evitar sentir miedo y ansiedad. Debe ser algo de primeriza, espero.


0. Anotaciones sueltas en aeropuertos: “Esto tal vez me sirva para algún libro”


No me pregunten por qué, pero empecé a escribir los primeros fragmentos de mi libro en aeropuertos. En realidad no escribía esos textos pensando en este libro, sino en algún libro que alguna vez haría en el futuro. Por lo general, en los aeropuertos tenía varias horas de espera y no tenía internet, así que aprovechaba esos momentos para escribir. En el aeropuerto de Madrid  por ejemplo, a mi llegada de Colombia, llené varias páginas. Hice eso durante todo el viaje, pero el resultado no eran más que palabras sueltas, posts en blogs y anotaciones en cuadernos. No sabía cómo uniría todo eso ni cuándo.


1. La revelación en el Bus : “¡Ya sé!”


Ocurrió en un bus en Essen  y fue lo más parecido a un grito de Eureka! Hacía tiempo que quería escribir un libro pero no le encontraba la forma, no sabía alrededor de qué ejes ordenar todo el material que tenía y eso no me permitía empezar. Pero una tarde en Alemania  me iluminé, saqué el cuaderno de turno y anoté todas esas ideas que iban apareciendo en mi cabeza. De repente sabía qué quería decir y cómo. Elegí las historias que contaría, anoté los temas que quería tratar. Era diciembre de 2020. Esa tarde me encontré con mi esposo, nos sentamos a tomar un té y le dije: “Empecé mi libro”.


2. Miedo a la página en blanco: “Mañana empiezo”


Empezar a escribirlo fue lo más difícil. Tardé semanas. No tenía miedo a la página en blanco sino el miedo a las trescientas páginas en blanco. No sabía por dónde empezar, tenía mucho material, mucho para decir y no sabía ni cómo empezar a decirlo. Lo peor era que cada vez que me sentaba frente a la computadora terminaba navegando en internet y me perdía en el Triángulo Virtual de las Bermudas. La distracción siempre estaba a una pestaña de distancia. Cuando volvía a tierra firme me daba cuenta de que tenía otras cosas que hacer y, al final, lo urgente siempre le ganaba a lo importante y mi libro quedaba para mañana.


3. Escribir sin pensar y que fluya: “Me encanta esto”


Empecé a escribir de verdad en el lugar donde menos planeaba empezar: en Italia, durante mis vacaciones en Sardinia . Me llevé la computadora pensando que no la iba a prender, pero terminé escribiendo cada tarde en una terraza frente al mar. En esa etapa escribía lo que me saliera: ideas, textos enteros, borradores, fragmentos, listas. Dejaba que la escritura fluyera, no pensaba demasiado, no corregía nada, solamente comenzaba a darle forma a una idea. Nunca fui muy ordenada así que empezaba capítulos por el medio, copiaba y pegaba textos de mi blog, copiaba textos de mis cuadernos, los reescribía, los acortaba, los estiraba. Lo más difícil era ordenar todo el contenido, dividirlo en capítulos, decidir qué poner y qué no, pero en ese momento no me preocupaba tanto por eso, solamente escribía acerca de los temas que más me gustaban. Y lo disfrutaba.


4. Escribir un poco más en serio: “Es imposible”


Madrid y Holanda debieron haber tenido un efecto mágico, porque cuando volví a Colombia inmediatamente me bloqueé. Me costó mucho retomar, escribir tantas páginas me parecía algo imposible y me resultaba muy pero muy fácil distraerme. Me llevó unas semanas generarme la rutina de la escritura y cuando me metí no salí más. Empecé a pasar entre ocho y doce horas seguidas frente a la computadora: me despertaba, desayunaba y hasta que no me iba a dormir no me levantaba del asiento. Fue la etapa en la que empecé a recordar mis viajes con más detalle y a sentir que estaba volviendo a recorrer todos esos caminos sin salir de mi casa. Creo que fue la parte más linda y más difícil.


Quiénes me ayudaron en esta etapa (que duró unos meses): Freedom (una aplicación que les recomiendo mucho y que permite cortar la conexión de nuestra computadora a internet por las horas que queramos) y Scrivener (el software de escritura que uso y que le recomiendo a cualquiera que escriba).


5. Primera relectura: “Esto es Basura”



Escribí el primer borrador sin releerme demasiado. Fui cambiando los capítulos de lugar, dividí el libro en tres grandes partes y trabajé en cada parte por separado. Cuando consideré que había terminado el primer borrador (un esqueleto básico y medio enclenque), releí todo lo que había escrito. Si bien hubo cosas que me gustaron, lo primero que pensé fue: “Esto es basura” y me deprimí. Estuve a punto de borrar todo y olvidarme del asunto.


6. Autoedición: “Bueno, no estaba tan mal, pero ahora está un poco mejor”


Después de releerme y de amigarme con lo que había escrito, empecé a autoeditarme. Durante esta etapa me di cuenta de que además de escribir, me gusta mucho editar. Me encanta podar el texto, recortar, sacarle todo lo que sobra. Lo más lindo fue reencontrarme con fragmentos que ni me acordaba de haber escrito y, después de sorprenderme (porque algunos me gustaron bastante), ser capaz de mejorarlos, de pulirlos. Creo que una de las mejores maneras de editar un texto es dejarlo descansar por unos días o semanas (o meses incluso) y después volver a él como si fuese un desconocido.


En esta etapa estoy todavía, en la autoedición número mil, y todavía me faltan un par de relecturas para sentir que está listo (aunque probablemente nunca esté listo del todo). Después de mí pasará a otra editora (o, mejor dicho, a una de verdad) y a varios amigos que ofrecieron leerlo y darme su opinión.


7. Publicación inminente: “Ya quiero tenerlo en mis manos” vs “No quiero que esto salga nunca a la luz”


Los sentimientos son contradictorios: por un lado quiero tener mi libro ya, por otro no quiero terminar de escribirlo nunca. Quiero verlo listo y a la vez quiero enterrarlo y no publicarlo. Pero supongo que, una vez que esté terminado, va a ser lindo desprenderme de él ya que va a tomar vida propia y va a empezar a viajar por ahí, de mano en mano, de ojos en ojos… Y una vez que lo termine podré pensar en futuros libros y en futuros viajes.


Cada vez falta menos pero todavía me queda mucho por resolver. Estoy en busca de imprenta, así que cualquier dato que puedan darme (de imprentas en Colombia) les agradezco mucho. Espero poder empezar la preventa en mayo y sacarlo en junio, antes de mi cumple (el 15 ). Si quieren ir reservando el suyo, pueden hacerlo a través de mi correo o mi página web.


Escribir este post, créase o no, me bajó un poco el nivel de miedo y ansiedad.Estoy muy feliz porque la tapa de mi libro va a estar ilustrada

Este post pertenece a “Escribir un libro”, una serie que surgió por necesidad personal: así como alguna vez me fui de viaje por primera vez, sin tener idea de cómo hacerlo, una vez empecé a escribir mi primer libro sin tener mucha idea tampoco. Esta serie intenta mostrar los pasos que di para autopublicarme y los estados por los que pasé. Es un viaje literario por mis mundos de papel.


Sé que estoy silenciosa. Es que estoy leyendo mucho y estudiando aún más. No puedo pasar un segundo sin tener una página —o una pantalla— escrita frente a los ojos. Viajar en colectivo me parece el mejor programa del mundo —especialmente si hay tráfico y embotellamiento y va bien lento— porque me permite tomarme esa media hora, cuarenta minutos o dos horas para leer un libro sin interrupciones (excepto la vez que decidí no leer y me puse a escribir lo que me pasaba por la cabeza). Me encanta usar cualquier tiempo de espera para leer. Lo peor de esto (que es una adicción, lo acepto) es que no puedo leer un solo libro a la vez: yo leo varios.


Tiene mucho que ver con mi manera de ser: yo soy de esas que abren treinta (a veces más) pestañas en el Chrome y tiene la mente enfocada en treinta cosas distintas. Multitasking le dicen. A mí me sale bárbaro. Por eso con los libros soy igual: no leo uno y después otro, sino que leo varios a la vez, voy mechando, leo un cuento por acá, un poema por allá, un artículo en un blog, tres capítulos de una novela y después confundo libros, me olvido quién escribió qué y todo se me mezcla. Pero me encanta.


En estos meses, mientras escribía mi libro, leí mucho. Retomé ese hábito incontrolable de leer todo lo que tuviese cerca. La mayoría de estos libros me encontraron a mí (más que yo a ellos), así que comparto algunos títulos con ustedes, por si les interesa (son varios y hay de todo un poco).


– El camino del artista (Julia Cameron). Este no es un libro que se lee sino que se transita. Es un curso de creatividad, un libro que ayuda a entrar en contacto con nuestros deseos (o sueños, capacidades,talentos) y ponerlos en práctica. Lo empecé hace varias semanas pero voy de a poco. Lo que más me gusta (aunque no todos los días lo hago) es la propuesta de las morning pages (o “páginas matutinas”): escribir, todas las mañanas, tres páginas de fluir de conciencia. Sin pensar, sólo escribir. Les aseguro que salen cosas muy interesantes. Gracias profe por recomendarme este libro.



– Mientras escribo (Stephen King). Empecé a leer a Stephen King cuando tenía doce o trece años. Me devoraba sus novelas. Con el tiempo lo abandoné y, después de unos diez años sin leerlo, me encontré con uno de sus libros en el momento justo. Me leí casi todo On writing de un tirón, en el avión de ida a Lisboa. Lo leí en la pantalla y no pude subrayar nada, pero me acuerdo que sentí varias cosas: una, que Stephen King lo escribió con un lenguaje muy cercano (tan cercano que sentí que me estaba contando su vida mientras tomábamos un café), dos, que esa cercanía me ayudó a verlo como una persona con miedos, dudas, aciertos y fracasos como cualquier otra, y tres, que todo eso me hizo sentirme acompañada en el oficio de escribir. Un libro para tener siempre por ahí, cerquita.


– APE (Author, Publisher, Entrepreneur): How to publish a book (Guy Kawasaki y Shawn Welch). Una obra de referencia para cualquiera que esté pensando en escribir un libro y en autoeditarselo. Kawasaki y Welch explican cómo ser tu propio autor, editor y emprendedor y cómo auto-publicar tu libro. El libro toca temas como por qué sí y por qué no escribir un libro, la industria editorial tradicional versus el self-publishing (publicación independiente), ventajas y desventajas de publicar de manera independiente, la revolución de los ebooks, etapas de escritura, errores comunes, canales de distribución, entre muchos otros. Muy útil para quienes, como yo, empiezan a meterse en el mundo de la publicación autogestionada. Gracias Andres  por la recomendación.


– If you want to write: A book about Art, Independence and Spirit (Brenda Ueland). Este es un libro al que llegué de casualidad, a través de APE (el anterior). En el capítulo dedicado a la escritura, Kawasaki dice que If you want to write (traducido al español como “Si quieres escribir”) es su obra de referencia y el libro que siempre lee antes de empezar a escribir, así que me intrigó y lo compré en ebook. Brenda Ueland (periodista, escritora, editora, profesora) lo escribió en 1938 y, además de hablar de escribir en sí, habla acerca de la creatividad que todos tenemos adentro. Lindo libro para darse cuenta de que todos tenemos los mismos miedos y para animarnos a escribir con sinceridad.


– La nieta del Señor Linh (Philippe Claudel). Este es un libro que se puede leer en una tarde y que logra desarmar a cualquiera por la simpleza y la ternura con la que está escrito. Es la historia del señor Linh, un anciano que perdió todo en la guerra y que se exilia en barco con una valija y Sang Diu, su nieta de seis semanas. Ambos llegan a un país nuevo (no se sabe a cual, la historia está escrita con muy pocos datos concretos) y tienen que adaptarse a un lugar donde no conocen el idioma y no tienen a nadie. Es una historia que me hizo sonreír, llorar y sentir impotencia, todo a la vez.


– Oliverio Girondo, Antología. No sé mucho de poesía, pero cada vez me gusta más leerla. Hace un tiempo vi una película que se llama “El lado oscuro del corazón” donde gran parte de los diálogos son poesías de Girondo, Benedetti y Juan Gelman, y después de eso me compré este libro. La parte que más me gusta es la que pertenece a su obra Espantapájaros, de 1932. Me parece que no hay mejor manera de insultar a alguien —con altura, claro está— que dedicándole el poema “Que los ruidos te perforen los dientes”.


– La vida de Pi (Yann Martel). Descubrí a Yann Martel de casualidad, cuando me encontré con un libro suyo, abandonado, en la habitación de un hostel. El libro en cuestión era “Self”. Lo leí, investigué un poco al autor (me encanta investigar la vida de los autores y de los actores) y me enteré de que había escrito una obra muy elogiada: La vida de Pi (que en el cine se estrenó como Una aventura extraordinaria). Arquile el libro y lo leí de viaje a la Haya. Lo devoré. Es un libro que no pude dejar hasta terminarlo. Si bien el final da vuelta la historia lo que más me gustó es que cada cual puede elegir cómo interpretarlo, al igual que cada cual puede elegir cómo relatarse su propia vida.


– Un mundo feliz (Aldous Huxley). Este es un libro que leí tres veces, en tres momentos muy distintos de mi vida: durante el colegio secundario, en la universidad y ahora, hace unas semanas. Algo me hizo volver a él, ya no me acuerdo qué, pero le hice caso a esa voz que me decía que volviera a leerlo. No me acordaba de mucho, así que disfruté (o más bien padecí) la historia de ese mundo distópico por tercera vez. En el capítulo 18 Bernard le pregunta a John, el salvaje: “¿Te sentó algo mal que comiste?”, a lo que John responde: “Sí, comí civilización. Y me sentó mal; me enfermó”.


– Una geografía del tiempo (Robert Levine). Otro libro que llegó a mi vida de casualidad. Entré a una librería para comprarle un libro a mi esposo y lo vi. El título me llamó la atención y el subtítulo (“o cómo cada cultura percibe el tiempo de manera un poquito diferente”) aún más. El autor habla acerca de algo que fui notando en mis viajes pero a lo que nunca supe ponerle nombre: las distintas percepciones del tiempo de cada cultura (por algo en algunos lugares se vive con más lentitud y en otros con más acelere, o en ciertas sociedades está mal visto ser impuntual y en otras es normal llegar tarde). Según él, el tiempo forma parte de un lenguaje silencioso que es muy difícil de aprender y que siempre afecta al viajero. Una de las distinciones más interesantes es la que hace entre las culturas que viven según “el tiempo del reloj” y “el tiempo de los acontecimientos” (o de la naturaleza).


– Elogio de la lentitud: Un movimiento mundial desafía el culto a la velocidad (Carl Honoré). Este libro sigue la linea del anterior, aunque habla más que nada acerca de la revolución de lo slow y muestra cómo en muchos lugares del mundo la gente está desacelerando su estilo de vida y viviendo con menos velocidad. Me hizo acordar mucho a mis días en Europa, donde el lema de la gente es: “La prisa mata”.


– Orsai y derivados. Soy fan de la revista Orsai (y de todo lo que se formó a su alrededor) y últimamente la estoy mencionando mucho. Para los que no la conocen, Orsai es una revista creada por Hernán Casciari, escritor argentino que vive en España, y que “desafía” a la industria editorial actual y demuestra que hacer una revista de calidad, con notas largas y sin ningún tipo de publicidad e intermediarios es posible. Ya van por la número 13 y dudo que frenen. Lo malo de leer Orsai es que me genera ganas de leer más textos de todos los autores que escriben ahí, y eso hace que no tenga tiempo de tener vida social. Así que además de Orsai estuve leyendo bastante a Casciari (“El pibe que arruinaba las fotos”, “España decí alpiste” y “Charlas con mi hemisferio derecho”) y a Pedro Mairal (autor de “El gran surubí”, una novela escrita en sonetos que les recomiendo muchísimo).


– Haruki Murakami: después del terremoto. Murakami es uno de mis escritores preferidos y su género, el realismo mágico, es uno de los que más me atrapa. Este libro lo acabo de empezar, así que todavía no puedo decir mucho. Son seis cuentos que surgieron a causa del terremoto de 1995 de Kobe (Japón) y que están escritos con ese estilo tan humano, simple y atrapante de Murakami.


– Viajes y otros viajes (Antonio Tabucchi). Este es el último libro que me compré y otro de los que estoy leyendo en este momento. En la introducción, Tabucchi dice: “He viajado mucho (…) y lo siento como un enorme privilegio, porque posar los pies en el mismo suelo durante toda la vida puede provocar un peligroso equívoco, el de hacernos creer que esa tierra nos pertenece, como si no la tuviéramos en préstamo, al igual que todo en la vida lo tenemos en préstamo”. Es un libro que estoy leyendo con un lápiz en la mano y que no puedo parar de marcar: “El deseo de conocer nunca es bastante”, “La escritura es un viaje fuera del tiempo y del espacio”, Viajando, uno se topa sobre todo con los vivos”, “Me gustaba mucho leer el viaje en los rostros de los demás”, “Las únicas fronteras que no cambiarán nunca son las del cuerpo humano”. Un libro y un escritor que me hacen sentirme muy acompañada en mis viajes en colectivo y en mis viajes por el mundo.


Creo que, después de viajar, leer es una de las cosas más lindas del mundo.


Volví


Bah, en realidad nunca me fui de la computadora (qué triste), pero hace tres semanas que no escribo acá. Creo que en estos tres años nunca dejé pasar tanto tiempo sin subir una historia.  Es que estoy en un estado medio zombi (zombi sedentario), encima: hace tres semanas que casi no duermo. Nunca tuve tanto insomnio,nostalgia, sueños:siento jet-lag por haber viajado.  (Jet-lag provocado por un viaje de unas dos horas de diferencia) Y hablando de viajes,  no les he publicado la crónica de Lisboa. (Estoy escribiendola y luego se las comparto).Todo lo que viví allí valió la pena.


(Aviso: la foto de este post es instagramera porque ahora, como si fuera poco,también estoy en Instagram. Así que capaz que no tienen mucho que ver con el texto pero son lindas para poner de fondo.)


Estas 3 semanas se pasaron tan rápido que no pensé que fuera tanto tiempo: recién los conté en el calendario y dije AH. No puede ser. Durante este silencio de blog estuve acá, en el teclado y frente a la pantalla, pero haciendo otras cosas. Cosas no virtuales, porque a veces lo virtual medio que me cansa. Vamos a lo práctico: les cuento un poco qué hice con respecto al libro en esta recta final (por si alguno está haciendo lo mismo y necesita una pequeña guía o, por lo menos, compañía para no sentirse tan solo):


* Busqué imprenta (les aseguro que entrar a una imprenta que te gusta es una sensación muy linda, casi de enamoramiento).


* Elegí el papel para el interior y la terminación de la tapa (va a ser muy suave. Soy muy táctil, así que mi libro tiene que ser muy suave).


* Investigo el ISBN (algo así como el documento de identidad del libro)


Busco lugar donde presentarlo todavía no sé el mes,  (estoy en eso, ya daré novedades y haré la invitación formal) (espero que sea donde yo creo que va a ser) (ah, y convenceré al lugar donde sea que vaya a ser de que me deje hacer una expo de fotos en conjunto).


* Me reuní con  mi posible editor e ilustrador(genios ambos, qué haría sin ellos).


* Estoy armando una tiendita online para gestionar la venta del libro desde ahí (horas leyendo,viendo videos y tutoriales).


* Me di una vueltita por la libreria  para ver qué tal (y encontré muchas cosas lindas y más ganas de ver mi libro en persona puesto en una estantería de esas).


Releí y me autoedité como nunca en mi vida. Y ahí fue cuando dejé de vivir y de salir de mi casa y todo empezó a perder un poco de sentido. Llega un momento en que hay que largar, dejar que el libro siga su curso, y a mí ya me llegó la hora. El otro día volví a releer las 350 páginas (sí, es largo) en tres días y cuando terminé no sabía dónde estaba ni cómo me llamaba. Salí de casa y casi me pisa un auto. Sentí que necesitaba vacaciones de mí misma.


Pero en estas 3 semanas  (y antes también), me pasaron otras cosas, más allá del libro en sí. Leí, por ejemplo, que Borges se autopublicó su primer libro y, para hacerlo conocido, se fue a la reunión de no me acuerdo qué club o revista literaria y le pidió al dueño que discretamente deslizara un ejemplar en cada uno sobretodo del guardarropas. Así se aseguraba de que alguien lo leería. Esa historia me recordó que todos empezaron de cero: ningún escritor nació con su libro terminado bajo del brazo. Y es bueno tener eso en mente (sobre todo los que recién empezamos).


Estos días descubrí, también, que tengo un ruido y muchos sueños  viviendo en mi interior. Van en tren por mi cabeza gritando cosas que sólo yo escucho. No paran de hablar nunca, ni siquiera cuando duermo, y como se van moviendo de un lado a otro es difícil atraparlos (mucho menos callarlos). Juntan las dos manos, forman un megáfono y, con los pelos al viento, disparan: “Tu libro es una bobada”, “a nadie le va a interesar tus cosaaaas”, “eso ya lo leyeron en el blooooog”, ah “te hacés la escritora vooooooos”. Y me sacan la lengua.


Eso es lo peor: me sacan la lengua y se burlan. Tengo una historia para cada día. Troll Story. Y cuando pienso en este ejército de vivencias que vive en mi cabeza (espero no ser la única que los tiene) me doy cuenta de que a veces no hay nadie peor que nosotros mismos a la hora de criticarnos, de meternos miedos, de hacernos dudar. Los temores más difíciles de superar son los autoinfundados. Yo estoy aprendiendo a convivir con mi vocecita (eso sí: trato de darles cada vez menos de comer). Sino pasa esto:


Los últimos tres meses me quedé quieta en Essen, además, por el libro, por otra razón: cursé, durante 20 viernes, un taller literario. (editorial/blog/de todo un poco a la que hago ondas y alabanzas cada vez que puedo), a cargo de Luis Fernando Macías (si no lo leyeron, les recomiendo El gran surubí: una novela en sonetos, una historia enorme condensada en las palabras necesarias). Encontré, todos los viernes, un huequito online  en el que me sentí cómoda y que me ayudó a no pensar tanto en viajar. El taller se terminó hace varios meses pero el otro ya lo comenzamos  hace unos días (snif) y, casi a la vez, también se terminó mi libro: va a imprenta la semana que viene creo. Ya nace.


Eso quiere decir que se cierra un ciclo y se vienen cosas nuevas, nuevos viajes, nuevas historias. Ya siento necesidad de partir hacia otros rumbos (no me importa cuáles, mientras no sea esta silla y esta ventana que ya me conozco de memoria). Y siento necesidad de hacer cosas nuevas. El otro día le dije a Johannes: “Me parece que cuando mande el libro a imprenta no voy a saber qué hacer con tanto tiempo libre”, y enseguida me respondí (porque ni siquiera lo dejo responder, estoy en un estado en el que me respondo a mí misma): “Ya sé, voy a empezar otro libro”.


Tengo muchas ganas de seguir con los libros, es el formato de escritura que me gusta.


Y tengo muchas ganas de seguir con los viajes, es el formato de vida que amo.


Los atardeceres desde mi ventana son espectaculares (por suerte), pero ya está: necesito ver el sol desde otro ángulo, desde otra parte del mundo.


Así que, como siempre, gracias por la paciencia. Soy una persona a modo de prueba y hacer cada cosa me lleva su tiempo. Cuando el libro esté en mis manos lo presentaré como corresponde, no antes (uno nunca sabe, vio). Lo bueno de estos 3 meses  en silencio es que ya estoy 3 meses más cerca de volver a viajar. Espero, como dije al principio, no haberme olvidado de cómo se hace.


En la librería me encontré con esta bella ilustración que tengo de imagen y es de Gabi Rubí y sentí que esto es lo que necesito otra vez. Un boleto para viajar a donde quiera que tenga que estar.el lugar me sorprenderá después.

Las mejores sonrisas llegan después de la última lágrima.


Los sueños se cumplen después de noches de insomnio. Un mal momento...un mal día... siempre será el inicio de algo que te hará feliz.


No le des más vueltas...la vida tiene un plan perfecto para ti...."


No te preocupes....OCÚPATE.

Ocupa tu tiempo...ocupa tu espacio,...Ocupa Tu Mente.


No te desesperes, ESPERA.

Espera que las cosas se calmen... espera que el tiempo pase...espera que se Desarme La Rabia.


No te indispongas...DISPONTE.

Dispón buenas palabras...dispón buenas vibraciones...disponte siempre.

No te canses...DESCANSA.

Descansa tu mente...descansa las piernas...descansa de todo.


No te molestes...ACOMODA.

Acomoda tu cuerpo...acomoda tu espíritu...acomoda tu vida.

No desconfíes...CONFÍA.


Confía en tu sexto sentido...confía en ti.

No presiones...IMPRESIONA.

No generes discordia...Genera Concordia.


Concordia entre las naciones...concordia entre las personas...concordia personal.

No molestes...TRATA BIEN.


Trata bien a las personas...trata bien a los animales...cuida el planeta.

No te sobrecargues.....RECÁRGATE.

Recarga tus fuerzas...recarga tu coraje..recarga tu esperanza.


No estorbes....TRABAJA.

Trabaja tu humanidad...trabaja tus frustraciones...trabaja tus virtudes.

No conspires...INSPIRA.


Inspira personas...inspira talentos...inspira salud

No te aterres....TEN FE......"



Praga, una de las ciudades más bohemias que puedes visitar en Europa, y un destino muy elegido por muchos dada su localización y la cantidad de cosas que ofrece. A nosotros nos resultó una ciudad muy acogedora y que a pesar de ser grande se hace muy accesible para recorrerla.


 También llamada la ciudad de las cien torres (debido a la gran cantidad de torres y campanarios que posee) esta ciudad considerada capital de la región de Bohemia además de la república checa, suele ser una de las primeras paradas en típicos circuitos por centroeuropa que incluyen entre otras ciudades Viena y Budapest.


Un lugar mágico y muchas historias por contar...


Cae la noche y estos son los atardeceres de verano de mi ciudad.

Siempre he sido una soñadora, amante de la lectura y una buena taza de café, ahora estoy aprendiendo cada día para ser una buena fotógrafa y seguir contando buenas historias aquellas que solo quedaran plasmadas siempre en una excelente fotografía y en papel.

BANCO ALEMÁN DE LA CIUDAD DE ESSEN


Una mirada al Banco Alemán de Essen.

CAMINANTE SE HACE CAMINO AL ANDAR

Madrugar siempre será más bonito, Dios regalándoles este bello amanecer.

UN CAMINO


Que lindo es poder salir cada mañana y que la vida me cuente historias en una fotografía. Que bendición lo que ven a diario mis ojos.

GRISELDA ME PERSIGUE EN ALEMANIA

Hace poco me encontraba sentada en el sofa de mi casa observando las noticias del país donde ahora vivo, Alemania y de repente mencionaron a Sofia Vergara y la nueva miniseria que estrena por estos dias Netflix y claro todo mi cuerpo se puso alerta y de inmediato pense: Qué genera este tipo de historias en un país como Colombia aporreado por la violencia desde hace tiempo? y senti escalofrio, Primero por escuchar hablar de mi ciudad de esa manera y segundo por ser casi los primeros en promocionar historias que de nada serviran para el futuro a la juventud. Y tambien por escuchar hablar de una Colombiana con su nuevo lanzamiento cinematografico y volví a pensar.


“Sera ella la actriz ideal para interpretar a la narcotraficante Griselda Blanco”. porque por lo que he leido, su imagen en Hollywood se basaba en tres pilares: una belleza explosiva, una simpatía siempre al servicio del entretenimiento y la vis cómica que mostró en la sitcom Modern family. Pero solamente se necesitan ver unos segundos de su entrevista promocional en El hormiguero con Pablo Motos, donde es aguerrida y sin filtros, para entender que era una buena candidata para la miniserie Griselda.


Una mente criminal despiadada que mandaba a matar a personas porque “no le gustaba la forma en que la miraban”, Asi era Blanco quien se convirtió en uno de los nombres más temidos en el Miami de los años 70 y 80, y ahora, la reconocida narcotraficante recibe el tratamiento de Hollywood, con la unión de Sofía Vergara, la actriz colombiana y el equipo detrás de la serie de narcotraficantes Narcos, quienes resucitan a la líder criminal.


A medida que la guerra de las drogas se intensificaba y los carteles rivales chocaban violentamente, Blanco se volvía más despiadada. En 1975 le disparó a su marido porque creía que le estaba robando dinero, y en 1983, hizo asesinar a su tercer marido después de que se fuera de Miami con el hijo de la pareja.


La historia de Griselda Blanco tiene todos los ingredientes de un relato épico y capaz de sostenerle la mirada a la ficción de Tony Montana, el narco de ficción de la película de Brain de Palma, El precio del poder (Scarface). Nacida en Medellín en 1943, hija de una madre alcohólica y repudiada, vivió hasta su adolescencia en la indigencia, mendigando y prostituyéndose. Fue entonces cuando comprendió que los hombres podían ser una herramienta para escapar de la pobreza y prosperar.


La prostitución fue un primer ensayo que le llevó por su camino despiadado de utilización de los deseos de los demás en su propio beneficio. Aprendió a robar y utilizó su posición en el mercado de la prostitución en Medellín para llegar hasta el círculo de los narcotraficantes que buscaban carne joven: conoció a un tal Carlos, que trabajaba para un narco llamado Alberto Bravo, y con él comenzó una relación tanto amorosa como profesional que le llevará, al cabo de un tiempo, a Miami, en el momento en el que Carlos se convierte en uno de los hombres de confianza del cártel para gestionar la puerta de entrada de la coca en Estados Unidos.

Su historia está profundamente explicada en el documental Cocaine Cowboys II (2006), lanzado cuando ella aún estaba con vida y deportada finalmente a Colombia. Fundó una fuerza paramilitar de sicarios en Miami, Los Pistoleros, y liquidó cualquier competencia a fuerza de disparos y decapitaciones, como en la matanza de Dadeland (1979), donde se hizo con el control del negocio pero definitivamente atrajo la atención de la DEA, que iría por ella y conseguiría meterla en la cárcel en 1985.


Durante los años en los que cumplió condena, sin embargo, mantuvo las riendas del negocio, apoyada por sus hijos -a uno de ellos lo llamó, a modo de celebración de su condición de Madrina, nada menos que Michael Corleone– y por sus esporádicos maridos. El arresto, sin embargo, fue el comienzo del fin de su poder real: en 2004 fue liberada de la cárcel -se le perdonó la pena de muerte a cambio de desaparecer de suelo americano para siempre- y volvió a Colombia.


En 2012, fue asesinada de dos disparos a bocajarro en un mercado de Medellín, seguramente un ajuste de cuentas pendiente de muchos años antes.


Una historia como especie de romantización es la que ahora estamos viviendo en Colombia de personajes como Escobar, el Chapo o Blanco, que sembraron cadáveres por donde pasaban y que para casi todo mundo pareciera que fuera normal. Pero lo más curioso aun es que están tirando estatuas de Colón porque no merece homenajes por lo que pasó hace 500 años al mismo tiempo que le dedican una película a una narco asesina.


Y así transcurre cada dia Colombia, dandole mas importancia a una violencia absurda por tipos de series como estas que solo llenan el corazón de orgullo a los mas violentos y descuidando a nuestra juventud que en ocasiones cambian libros por armas y abrazos por balas.

Posdata #1: ¿Cuál es tu GPS?

Si no me divierte, no lo escribo. Paremos de sufrir con la escritura.

Andrea Díaz Duque

ene 15


¡Holaaaa!¹

Hola hola hola²

Holis³

Holu⁴


¡Primer Posdata! ¡Qué emoción! No sé por dónde empezar. Estoy muy contenta de escribirles⁵ esta segunda-carta-posdata-secreta y a la vez me parece tan raro saber que le estoy escribiendo a un grupo reducido y que por primera vez en mi vida-virtual esto NO LO VE NADIE MÁS QUE NOSOTROS. Me encanta, pero claro que ahora aparecen los fantasmas, como: “Seguro leen este texto y se arrepienten de estar acá y me piden que les devuelva la plata porque ESTO NO ES LO QUE QUEREMOS, NOOOO”. De todas maneras voy a dejar este fluir de conciencia porque también es bueno compartir estas cosas y no hacerme la seria ni pretender que no le tengo miedo a los desafíos que yo misma me pongo.


Un paréntesis que viene al caso: hace un tiempo apoyé a un comediante que pedía plata en Kickstarter (una plataforma de financiamiento colectivo) para filmar su especial de comedia. La cuestión es que juntó la plata que necesitaba, dijo que iba a tener el especial listo en un año y al final tardó dos años y medio en hacerlo.


A mí no me importó nada esperar, pero creo que él la estuvo pasando medio mal porque cada X meses nos mandaba un mail diciendo “ya voy, ya voy, estoy en eso” y a veces contaba que no había avanzado nada y que ya no sabía qué excusa poner. Creo que es normal que aparezca cierto “pánico escénico” cuando vemos que la gente confía en nosotros, nos da plata y espera una creación (genial) a cambio⁶. Al final, terminó de filmar su especial y lo mandó por email hace unos días.


En su mensaje puso algo como: “Solo dejame un comentario si hay algún error técnico en el video” y “I can’t handle other comments right now” (algo así como “no puedo enfrentarme a otro tipo de comentarios ahora mismo”). A veces, visto de afuera, nos parece que el resto del mundo la tiene clarísima (dio charlas TED! hace shows de comedia! sabe que es gracioso!), cuando en realidad estamos todos en la misma, dudando de nuestro trabajo y sintiéndonos muy vulnerables⁷.


Entonces así estoy yo hoy, sintiendo que ustedes me pusieron plata y esperan algo más o menos decente, y lo que me está saliendo es esto, que no sabemos cuán decente es, pero me divierte. Y ahí está el punto de lo que quiero contarles hoy.


Quizá ya me escucharon decirlo antes (es el “problema” de estar entre gente que de verdad sigue mi trabajo, a ustedes no las puedo engañar y hacer de cuenta que digo algo por primera vez), pero lo repito: en estos últimos años descubrí lo importante que es divertirme cuando escribo.


Y divertirme no quiere decir reírme en voz alta mientras escribo (me pasó muy pocas veces, y es genial), sino que quiere decir “me divierte descubrir hacia dónde va este texto” o “me divierte saber qué va a decir o hacer ahora este personaje” o “me divierte lo que está saliendo en esta carta”, y para eso tengo que quedarme sentada y seguir escribiendo. Y tal vez esto de la diversión parezca algo muy superficial o incluso poco profesional, pero después de pasar varios años padeciendo la escritura, no hay nada que agradezca más que sentirme bien cuando escribo.


Como ya sabrán (creo), pasé tres años de mi vida (2017-2019) escribiendo, solo sobre viajes, particularmente sobre mis viajes internos, y hacia el final ya me sentía físicamente mal cada vez que tenía que sentarme a escribir acerca de un lugar.


“Necesitamos un texto  me decían  y yo pensaba “esperá yo busco el balde, vomito un rato y te lo escribo”⁸. El cuerpo me estaba dando una señal clarísima, pero al principio la malinterpreté: pensé que me estaba diciendo “no escribas más”, cuando en realidad me estaba diciendo “no escribas más de ese tema, buscate otros temas”. Esto fue en el 2016-2019, en medio de una crisis existencial enorme, justo antes de terminar mi carrera de comunicadora social y de dar por terminada mi etapa nómada estudiantil. Entre tanta angustia, tenía en claro dos cosas: 1) no quería trabajar para empresas grandes nunca  y 2) quería seguir escribiendo temas apasionantes y emprender con la escritura, porque era lo que había hecho toda mi vida y escribir me definía y es mi propósito con mi legado.


Pero si no viajaba, sino salía de mi zona de confort no sabía de qué iba a escribir. No me animaba a escribir otras cosas. Estaba demasiado pegada a (y autoencasillada en) la no ficción de viajes. Cualquier otra cosa me hacía sentir una impostora, sobre todo la ficción. ¿Quién soy yo para escribir ficción?, me repetía como un anti-mantra.


En uno de mis pausas para sanar y definir cuál sería mi próximo destino como amante de la lectura y “viajera” decidí tomar ese avión e irme de mi país y estando en la banca del aeropuerto esperando el avión para embarcar un libro me enamoro y  de inmediato esa tienda me llamo, “ven te sorprenderás“ y me encontré con el libro  que me ayudó y hasta casi diría que me salvó en muchos sentidos. Era un libro enorme, pesado, un ladrillo que a nadie se le ocurriría llevar en una mochila minimalista, pero yo me lo compré igual y lo empecé a cargar de acá para allá y a completar de a poco en cafés.


El libro era 642 things to write about, y lo amaré por siempre porque me dio el permiso para escribir textos inventados sin preocuparme por los lectores (¡no habría! ¡qué lindo escribir solo para mí! ¡qué bueno que no haya comentarios!) y me ayudó a disfrutar los borradores (¡esto no tiene que convertirse en otra cosa! ¡puede ser un borrador para siempre! ¡su destino no es ir a parar a un blog!). No fueron sesiones de escritura fáciles, porque al principio me costaba soltarme, pero una vez que me animé a entrar en esa lógica, y cuando conocí el concepto de escritura cronometrada⁹ de Natalie Goldberg y lo empecé a poner en práctica, ya no pude parar.


Otra cosa que me estaba haciendo sufrir era el hecho de que todo lo que escribía era para ser publicado.


Laboralmente, me dedicaba casi 100% a escribir, entonces la escritura tenía que darme plata sí o sí porque si no no tenía cómo mantenerme. Había perdido el disfrute y el hábito de escribir solo para mí. Yo sé que muchas veces pasa lo opuesto, hay muchas personas que sueñan con publicar lo que escriben, pero creo que idealmente tendríamos que publicar un 10-20% de lo que escribimos, y todo lo demás tendría que ser por disfrute propio y práctica. Cuando me animé a escribir textitos de ficción, sabiendo que nunca publicaría nada de eso (y que podían ser los peores textos del mundo y no importaba), volví a vivir la escritura como cuando era chica: con total libertad. Fue como redescubrir que tenía una varita mágica en la mano. Y ahí apareció el concepto de diversión. Para mí, escribir ficción es un deleite (nunca jamás había usado esta palabra antes y no sé si volveré a usarla, suena mucho mejor en inglés: delight)¹⁰. Por eso en mis escritos actuales, y sobre todo en los encuentros en vivo, hago tanto énfasis en escribir sin censura y en recordar que nadie nos está mirando.


Siento que es clave para poder escribir los primeros borradores sin padecerlos. Y claro que entiendo que no es nada fácil dejarnos llevar y escribir lo que salga, pero una vez que entramos en ese espacio donde todo está permitido, juro que se abren portales a lugares a los que nunca imaginamos que íbamos a llegar.


Por eso creo que esto de la diversión (en mi caso) es tan importante: porque es mi GPS de escritura. Es lo que me impulsa, lo que me permite seguir adelante con un borrador malísimo sabiendo que después lo voy a mejorar, es lo que me permite escribir a cualquier hora sin demasiada resistencia ni procrastinaciones, es lo que me hace volver y volver y volver a mi escritorio para seguir escribiendo. Mi GPS es la diversión, pero hay otros. Hace poco una lectora me mandó un mail contándome que le gusta mucho escribir para ella y que hace tiempo que quiere escribir para otros, pero que no sabe qué, ni cómo. Me preguntó si se me ocurre qué puede escribir, para quién, para qué y cómo. Y es algo que claramente yo no puedo responder. No tengo manera de saber los temas de nadie, ni tampoco puedo asignar temas porque es algo muy personal (puedo sugerir disparadores, puntapiés, pero cada cual tiene que entrar al tema por su cuenta), pero lo que sí puedo es hacer esta pregunta: ¿cuál es tu GPS de escritura?, ¿qué te mueve a escribir?, ¿por qué y para qué querés escribir? Hay muchas respuestas posibles: escribir para divertirse, escribir para sanar, escribir para entender, escribir para recordar, escribir para mantener vivo a alguien o algo, escribir lo que no podemos no escribir. Y lo de los temas también es algo muy personal, aunque creo que hay temas que elegimos y temas que nos eligen. En mi caso, por ejemplo, los no sigues en la lista de tal entrevista, el fútbol, la política,es un tema que nunca hubiese elegido para escribir (ni para vivir), pero me tocó, y durante esos seis años de búsqueda y tratamientos la escritura me acompañó y hasta diría que de a ratitos me salvó de un pozo muy profundo.


¿Qué es lo que no podés no escribir? (Abajo de todo te dejo algunas propuestas de escritura para este mes.)

Estas últimas dos semanas estuve pasando varias horas al día en la guardería de SG, y LG mis hijos. Hace poco la anoté en una guardería de juego libre y, como parte del proceso de adaptación, tengo que quedarme ahí con ella al menos las primeras dos semanas hasta que se acostumbre al lugar y a las personas que la van a cuidar.


La dueña me explicó que lo mejor es que me quede un poquito apartada para que Ce se anime a explorar y venga a buscarme si me necesita, así que me convertí en una planta más, inmóvil en un rincón, y me la pasé mirando cómo juegan los chicos¹¹. Me gustan mucho este tipo de espacios que fomentan el juego libre, a diferencia de otras guarderías que parecen escuelitas y tienen los días muy estructurados¹². El juego libre es justamente eso: darle la posibilidad a los chicos de que jueguen a lo que quieran, de que inventen con lo que tienen alrededor, de que sigan sus ritmos naturales y sus intereses, en vez de cumplir con un horario y una serie de actividades predeterminadas.


Y observar el juego libre de un grupo de chicos es fascinante, porque es algo tan dinámico que pareciera que el juego, en sí, tiene vida propia. Hay un ritmo invisible, es casi como una música. A veces va in crescendo, a veces baja y se vuelve una melodía tranquila, a veces es una sinfonía, a veces es un caos de sonidos. En inglés se le dice free play, y creo que ese es el nombre que voy a darle a mi GPS, porque quiero escribir como quien hace juego libre, al menos en la instancia del borrador, y ver a dónde me lleva esa falta de plan o de estructura. Quiero guiarme por mi entusiasmo, por mis ritmos, por mi naturaleza. Al final, es lo que hice toda mi vida: free travel, free blogging, free writing. Y creo que solo así vamos encontrando, de a poco, la voz de lo que sea que estamos haciendo.


Gracias y hasta el 15 del mes que viene.


Contadora de buenas historias


Esta es una página de mi ejemplar de Tesoros - Diario de colecciones cotidianas. Que tengo desde que llegue a vivir a Alemania. Y quien me recuerda de que puedo seguir haciendo las mismas cosas que me gustaba hacer cuando era niña.


Posdata del posdata:

Acá van los enlaces a cositas que mencioné en el texto:

642 things to write about (y en español: 642 cosas sobre las que escribir): el libro con consignas creativas que me devolvió las ganas de escribir porque sí.


No mencioné de manera directa este libro pero está relacionado y, cuando lo leí, hace ya varios años, recuerdo que me gustó mucho: Free Play: La improvisación en la vida y en el arte, de Stephen Nachmanovitch (y en inglés: Free Play: Improvisation in Life and Art).

Algunas propuestas para este mes (si quieren pueden compartir en comentarios, o pueden hacerlas como ejercicio personal, o pueden no hacerlas.


Si nunca hiciste escritura cronometrada, es un buen momento para probarla. Solo necesitás unos 10 minutos sin interrupciones y algo para escribir. A mí me gusta hacerlo en la compu porque puedo escribir más rápido y seguir el fluir de pensamientos. Te propongo, entonces, que pongas un temporizador por 7 minutos y empieces a escribir a partir de estas preguntas: ¿cuál es tu GPS de escritura?, ¿qué te mueve a escribir?, ¿por qué y para qué querés escribir? Dejá que salga lo que salga, no lo pienses demasiado y tampoco te censures.


Si preferís hacer una versión más tranqui (no tan frenética) de este ejercicio, entonces te propongo que reserves unos 25 minutos y, en vez de hacer escritura cronometrada, hagas journaling en torno a esas mismas preguntas. No hace falta que decores las páginas (¡o sí!), solo tomate un rato para realmente pensar en lo que te mueve a escribir.

Y si ya tenés clarísimo cuál es tu GPS actual (algo que no dije es que el GPS puede cambiar por completo de un momento a otro, es algo dinámico), te propongo que investigues cuáles son tus temas de escritura, particularmente eso que no podés no escribir.


 

Seguramente alguna vez tuviste esa sensación: “Esto lo tengo que escribir, no puedo no escribirlo”. Puede ser un tema que sentís muy íntimo, o que te hace sentir vulnerable, o que nunca le contarías a nadie, o que creés que solo te pasa a vos. Ahí, en general, está lo más universal. Y ahí es donde conectamos con el otro.


Anímate a poner por escrito cuál es ese tema. Y, si queres, compartilo en los comentarios. Yo ya te dije el mío: los cotidianos ”no" de las empresas en las entrevistas, el fútbol, la política un tema del que hubiese preferido no tener que escribir nunca. Pero no puedo no hacerlo.


1

Saludaba muy contenta con todo el entusiasmo del mundo.


2

No sabe cómo seguir, entonces saluda otra vez.


3

Intenta otro tipo de saludo.


4

Empieza a desvariar y sale corriendo.


5

Creo que los Posdatas van a estar escritos en plural, a diferencia de las Cartas que están en singular.


6

A este comediante lo apoyaron más de 2700 personas, esos son muchos ojos mirándolo al mismo tiempo, yo también me asustaría.


7

O casi todos, saquemos a los psicópatas y narcisistas de la ecuación, y de acá también. ¡FUERA PSICÓPATAS! Voy a colgar algo en la puerta de la entrada


8

Nada que ver con querer no escribir, amo escribir y volvería mil veces a hacerlo  pero ya no podía escribir otro artículo de viajes en primera persona sin sentir ganas de gritar.


9

Si leíste alguna de mis 75 crónicas  ya sabrás de qué se trata: doy una consigna/sugerencia, ponemos un temporizador por 5/7/10 minutos y no paramos de escribir hasta que se termine el tiempo. Esto quiere decir que no frenamos para pensar, ni para planear, ni para corregir, ni para dudar, ni para censurarnos. Es una escritura que va para adelante y a la que no le importa si es “buena” o no.


10

Justo en la carta virtual de febrero voy a contar acerca de mi experiencia trabajando en el proyecto de escritura que más disfruté en mi vida: un libro


11

Acá los grupos son “verticales”, es decir que hay chicos de 0 a 5 años en el mismo grupo.


12

Por lo que estuve viendo acá en Alemania , la mayoría de los daycare o guarderías no son de juego libre, si no que tienen mucha estructura. No sé cómo será en otros países.